Cuando el pequeño Dios dibujó el mundo, les dio, a todos los animales, la oportunidad de mantenerse en el cielo por la noche encargando a la pequeña hija del Sol y la Luna (Aurora) la tarea de desprenderlos antes del día. Pero el Cochinito no estuvo ahí cuando esto pasó y, ahora, también quiere estar en el Cielo; y hará de todo con tal de conseguir su objetivo.